The transdisciplinary perspective in health education.
Fidel Francisco Martínez Álvarez.
Doctor en Ciencias de la Educación. Máster en Estudios
Sociales de la Ciencia y la Tecnología, Profesor Titular de Filosofía de
Camagüey, Cuba.
Correo-e: fidelfranciscomartinezalvarez@gmail.com
Código
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7122-3733
RESUMEN.
La transdisciplinariedad
en la educación en salud es una revolucionaria estrategia de organización del
trabajo docente, investigativo y de extensión comunitaria, en la cual se
articulan el talento, los esfuerzos y experiencias de directivos, docentes,
investigadores, líderes comunitarios y otros actores sociales, en función de la
búsqueda de soluciones efectivas a los problemas complejos en el ámbito de la
salud. Precisamente, para el estudio de tales fenómenos se precisa partir de
una visión holística, que reconozca y profundice en todas las particularidades
y relaciones de sus diversas dimensiones e implicaciones, de índole: económica,
jurídica, política, tecnológica, médica, bioética, ambiental, comercial,
social, etc. En esencia, esta Perspectiva de integración de saberes es
un nuevo paradigma que, sustentado en el lenguaje de la complejidad, promueve la
participación de todos aquellos actores sociales, que pueden contribuir,
directa o indirectamente, a las soluciones asertivas y sustentables a los más
variados problemas biomédicos. Por tanto, el objetivo del presente trabajo
consiste en mostrar el valor de la Perspectiva transdisciplinaria para
la articulación de los conocimientos y las prácticas de diferentes disciplinas
naturales, tecnológicas y sociales, así como de los actores sociales involucrados
en el proceso de investigación, en función de generar soluciones innovadoras a
los problemas inherentes al peculiar contexto de la salud pública en el país.
PLABRAS CLAVE: Perspectiva transdisciplinaria, pensamiento complejo, autoorganización y educación en salud.
ABSTRACT.
Transdisciplinarity in health education is a
revolutionary strategy for the organization of teaching, research and community
outreach work, in which the talents, efforts and experiences of managers,
teachers, researchers, community leaders and other social actors are brought
together in the search for effective solutions to complex problems in the field
of health. Precisely, the study of such phenomena requires a holistic vision,
which recognizes and delves into all the particularities and relationships of
its various dimensions and implications, of economic, legal, political,
technological, medical, bioethical, environmental, commercial, social, etc.
nature. In essence, this perspective of integration of knowledge is a new
paradigm that, based on the language of complexity, promotes the participation
of all those social actors who can contribute, directly or indirectly, to the
assertive and sustainable solutions to the most varied biomedical problems.
Therefore, the objective of this paper is to show the value of the
transdisciplinary perspective for the articulation of knowledge and practices
of different natural, technological and social disciplines, as well as of the
social actors involved in the research process, in order to generate innovative
solutions to the problems inherent to the peculiar context of public health in
the country.
KEY WORDS: Transdisciplinary perspective, complex thinking,
self-organization and health education.
Ante los
retos y apremios de hoy el tema de la Transdisciplinariedad en la Educación en
salud es de alta prioridad, en especial, sí se logra reconocer la naturaleza
complejísima de la inesperada y brutal hecatombe, generada por la Pandemia de
la Covid-19 en todo el mundo.
En esencia,
semejante fenómeno de salud exige estudiarse desde una perspectiva holística,
que parta de la premisa del reconocimiento del enorme entramado de
complejidades, que posee de toda índole, es decir, supone identificar y tratar sus
diversas dimensiones: económica, jurídica, política, tecnológica, médica,
bioética, ambiental, comercial, social, etc.
Por tanto,
el estudio sistémico de tan complejo fenómeno de salud, como el mencionado,
convoca a la participación de todas las disciplinas, áreas de conocimientos y
especialidades de las ciencias médicas, y, más allá, pues, a su vez, para
resolver de manera asertiva y sustentable un complejo problema de salud, se
deben utilizar las contribuciones de otras ciencias naturales, tecnológicas y
sociales, tradicionalmente, no reconocidas o relacionadas con las ciencias
médicas.
Por
ejemplo, se deben aprovechar también las potencialidades de las tecnologías de
la comunicación social, los avances en las ciencias pedagógicas y las novedades
de la inteligencia artificial en la educación en salud, entre otras disciplinas
y áreas académicas.
En el
presente trabajo se tiene como objetivo mostrar el valor de la Perspectiva
transdisciplinaria, como revolucionaria estratega de investigación social, para
la articulación de los conocimientos y las prácticas de diferentes disciplinas naturales,
tecnológicas y sociales, así como de los actores sociales involucrados en el
proceso de investigación, en función de generar soluciones innovadoras y
holísticas a los problemas complejos en el ámbito de la salud.
La Perspectiva
transdisciplinaria surge como una respuesta a la fragmentación y la
especialización del conocimiento que caracteriza a la ciencia moderna, y que se
muestra insuficiente para comprender y transformar el mundo actual, marcado por
la complejidad, la diversidad y la incertidumbre. La transdisciplinariedad
busca superar los límites de las disciplinas y crear un diálogo entre ellas,
reconociendo sus aportes específicos, pero también sus limitaciones. Así, se
propone alcanzar una unidad de conocimiento que respete la pluralidad y la
diversidad de saberes
De hecho,
esta manera de tratar los problemas de salud supone un desafío para la ciencia
tradicional, pero también una oportunidad para ampliar sus horizontes y
contribuir al bienestar social. Para lograr este objetivo, la perspectiva
transdisciplinaria se basa en una serie de premisas, requisitos y
requerimientos que orientan su desarrollo y aplicación. Algunos de ellos son:
1)
La
transdisciplinariedad se orienta a problemas concretos de la vida real, dejando
de lado aquellos que solo tienen relevancia en el campo de la ciencia. Estos
problemas suelen ser multidimensionales, dinámicos e inciertos, y requieren de
una comprensión global e integrada.
2)
Esta forma de
articulación de saberes implica una colaboración entre diferentes actores
sociales, como investigadores, profesionales, políticos, ciudadanos, etc., que
participan activamente en el proceso de conocimiento. Esto supone reconocer y
valorar las diferentes perspectivas, intereses y experiencias que cada actor
aporta al problema.
3)
Para comprender la
Transdisciplinariedad se requiere una reflexión epistemológica y metodológica
sobre los fundamentos, los principios y las prácticas del conocimiento. Esto
implica cuestionar los supuestos, los paradigmas y las categorías que rigen
cada disciplina, así como las formas de producir, validar y comunicar el
conocimiento.
4)
Desde esta
perspectiva se busca generar un conocimiento útil para la acción y el cambio
social. Esto significa que el conocimiento no solo debe ser descriptivo y
explicativo, sino también normativo y transformador. El conocimiento debe
orientarse a mejorar la calidad de vida de las personas y las comunidades,
respetando sus valores y derechos.
5)
En esencia, promueve
una actitud ética y responsable hacia el conocimiento y sus consecuencias. Esto
implica asumir el compromiso social del conocimiento, así como sus
implicaciones éticas, políticas y ambientales. El conocimiento debe ser
transparente, participativo y democrático
A su vez,
la educación transdisciplinaria es una propuesta pedagógica que busca superar
el modelo tradicional de aprendizaje basado en la transmisión de los
conocimientos de cada asignatura por separado. En este modelo, las disciplinas
nunca o casi nunca se complementan y cada una de ellas ofrece una visión
particular de la realidad que jamás llega a ser completa. La educación
transdisciplinaria, en cambio, se orienta a integrar los conocimientos y las
prácticas de diferentes disciplinas y actores sociales para generar un
aprendizaje significativo y relevante para los problemas complejos de la vida
real
La
educación transdisciplinaria tiene un valor teórico y práctico para el
desarrollo humano y social. Desde el punto de vista teórico, la educación
transdisciplinaria se basa en los principios y las metodologías de la
transdisciplinariedad como estrategia de investigación integradora. Esto
implica una reflexión epistemológica y metodológica sobre los fundamentos, los
principios y las prácticas del conocimiento. La educación transdisciplinaria
cuestiona los supuestos, los paradigmas y las categorías que rigen cada
disciplina, así como las formas de producir, validar y comunicar el
conocimiento. La educación transdisciplinaria busca generar un conocimiento
útil para la acción y el cambio social, que no solo sea descriptivo y
explicativo, sino también normativo y transformador
Desde el
punto de vista práctico, la educación transdisciplinaria se aplica a la
enseñanza y el aprendizaje de diferentes niveles educativos y ámbitos
formativos. La educación transdisciplinaria implica una colaboración entre
diferentes actores sociales, como docentes, estudiantes, profesionales, políticos,
ciudadanos, etc., que participan activamente en el proceso de aprendizaje.
La
educación transdisciplinaria reconoce y valora las diferentes perspectivas,
intereses y experiencias que cada actor aporta al problema. La educación
transdisciplinaria se orienta a problemas concretos de la vida real, dejando de
lado aquellos que solo tienen relevancia en el campo de la ciencia. La
educación transdisciplinaria promueve una actitud ética y responsable hacia el
conocimiento y sus consecuencias
El trabajo
transdisciplinario es una estrategia de investigación que busca integrar los
conocimientos de diferentes disciplinas para comprender la realidad como un
todo complejo y dinámico. A diferencia de la multidisciplinariedad, que se basa
en el aporte de cada disciplina desde su propio espacio, y de la
interdisciplinariedad, que se enfoca en la cooperación entre disciplinas en
aspectos puntuales, la transdisciplinariedad busca superar los límites de cada
especialidad y crear una visión de conjunto que abarque las múltiples
dimensiones de los problemas reales.
Para lograr
este objetivo, se debe partir desde una serie de premisas y principios,[1]
que orientan el desarrollo del trabajo transdisciplinario:
1)
El principio de transformación
reflexiva, que supone un proceso de comprensión de la realidad no solo para
interpretarla, sino para transformarla y modificarse a sí mismo, lo que
constituye un verdadero desafío para los educadores e investigadores, que
buscan mejorar su práctica y generar conocimiento desde una perspectiva
dialéctica. El conocimiento no es algo fijo y acabado, sino que se construye en
la interacción entre el sujeto y el objeto, en un contexto histórico, social y
cultural determinado. Esta interacción implica una transformación mutua o
bidireccional, es decir, el sujeto modifica al objeto y el objeto impacta
también al sujeto.
Así, el conocimiento es omnijetivo,
pues integra las dimensiones, tanto objetiva como subjetiva de la realidad. Para
lograr este tipo de conocimiento, es necesario desarrollar una actitud auto-reflexiva,
que permite al educador o investigador cuestionar sus propias creencias,
valores y prácticas, así como las de los demás actores sociales. involucrados
en el proceso educativo o investigativo
Además, la reflexión implica un
análisis crítico de la propia experiencia, de las teorías y los métodos que se
utilizan, de los resultados que se obtienen y de las implicaciones que se
derivan. Por tanto, la actitud reflexión también supone una acción
transformadora, es decir, la aplicación de lo aprendido para mejorar la
realidad educativa o investigativa.
En concreto, un ejemplo de este proceso
de transformación reflexiva es el que llevan a cabo los
investigadores (diplomante, maestrante, aspirante y tutores) hacia sus objetos
de investigación (estudiantes, profesores, familia, comunidad, institución,
organización, etc.) y contexto. Estos investigadores no se limitan a observar y
describir la realidad, sino que buscan comprenderla e intervenirla desde una
perspectiva crítica y participativa. Para ello, utilizan métodos como la
investigación-acción o la investigación colaborativa, que implican un diálogo
constante entre los investigadores y los investigados, así como una
retroalimentación permanente entre la teoría y la práctica. De esta forma, los
investigadores no solo generan conocimiento válido y relevante para su
contexto, sino que también se transforman a sí mismos y a su entorno
2)
La trans-referencialidad: se refiere a la capacidad de trascender el marco de
referencia de cada disciplina y adoptar una perspectiva más amplia y flexible,
que permita dialogar con otros saberes y puntos de vista. La trans-referencialidad
implica reconocer la diversidad y la complementariedad de los enfoques
disciplinares, así como la existencia de niveles de realidad distintos pero
interrelacionados
3)
El diálogo de
saberes: se trata de un proceso de comunicación
e intercambio entre los actores involucrados en el trabajo transdisciplinario,
que incluye tanto a los expertos de diferentes disciplinas como a los
representantes de las comunidades o grupos sociales afectados por el problema.
El diálogo de saberes busca construir un conocimiento compartido y colectivo
que respete las diferencias y las singularidades, pero que también busque
puntos de encuentro y consenso
4)
El Pensamiento
de la complejidad (estudios, teorías, enfoques, ciencias) como lenguaje
común para lograr el paso de la articulación interdisciplinaria a la
transdisciplinariedad, lo cual implica considerar varias ideas,
principios y nociones sobre la dinámica de los sistemas complejos:
a)
Reconocer la
realidad como un sistema complejo, dinámico y no lineal, que requiere de una
visión sinológica (holística) e integradora
b)
Asimilar, promover
y re-crear el nuevo lenguaje de la complejidad, que permite la empatía comunicacional
y la cooperación entre las ciencias naturales, técnicas y sociales
c)
Entre las ideas,
principios y nociones de la complejidad, más significativos están: sistema, entorno, estructuras disipativas, ruptura
de simetría, dinámica no lineal, desorden, caos, azar, catástrofe, autoorganización,
autopoiesis, emergencia, adaptación, resiliencia, recursividad, fractalidad, atractor,
bifurcación, anidamiento, percolación, conjuntos difusos, implicación,
trans-referencialidad, autonomía integradora, etc.
d)
Superar la
fragmentación y la especialización de las disciplinas, y buscar la articulación,
síntesis y diálogo de saberes
5)
La hibridación de
saberes, como premisas para formar y desarrollar
equipos y grupos transdisciplinarios de investigación (zonas de
creatividad), que consiste en la generación de un nuevo conocimiento que
integra los aportes de las diferentes disciplinas y saberes involucrados. La
hibridación de saberes no implica una fusión o una homogeneización, sino una
articulación y una síntesis que respeta la identidad y la autonomía de cada
saber, pero que también reconoce su interdependencia y su valor añadido. Lo que
permite involucrar a las partes interesadas en la definición y ejecución de los
proyectos transdisciplinarios (zonas de dirección), así como en el
aprendizaje y la difusión de los resultados
6)
Utilización y
creación de Métodos y técnicas no lineales de investigación para
estudiar y evaluar de manera integral los sistemas sociales complejos
7)
Las redes-rizomas
de cooperación: son estructuras flexibles y
horizontales que se forman entre los actores del trabajo transdisciplinario
para facilitar el flujo de información, recursos y apoyo mutuo. Las
redes-rizomas se caracterizan por su capacidad de adaptación y transformación
según las necesidades y circunstancias del proyecto. No tienen un centro ni una
jerarquía fija, sino que se basan en la confianza y la reciprocidad
8)
La
autoorganización creativa: es el principio
que guía el funcionamiento del trabajo transdisciplinario, que se basa en la
capacidad de los actores para definir sus propias metas, normas y criterios,
sin depender de imposiciones externas o internas. Además, la autoorganización
creativa implica un alto grado de autonomía, responsabilidad y compromiso por
parte de los participantes, así como una actitud abierta al cambio y a la
innovación. Así también, la autoorganización creativa permite adaptarse a las
circunstancias y aprovechar las oportunidades que surgen en el desarrollo del
proyecto
Además, la autoorganización
supone:
a)
La distribución
itinerante de roles y funciones: se refiere
a la forma en que se organizan los actores del trabajo transdisciplinario (estilo
democrático de dirección), para llevar a cabo las distintas tareas del
proyecto. La distribución itinerante implica que los roles y funciones no son
fijos ni preestablecidos, sino que se van rotando según las capacidades,
intereses y necesidades de cada momento
b)
La democratización y empoderamiento de los actores
sociales, de esta manera, se evita la rigidez y la burocracia, y se fomenta la
participación activa y el aprendizaje continuo.
c)
El trabajo en
equipo: es una condición indispensable para el
trabajo transdisciplinario, ya que implica la colaboración y la coordinación
entre los participantes para definir el problema, diseñar la metodología,
recoger y analizar los datos, elaborar las conclusiones y proponer las
soluciones. El trabajo en equipo requiere una actitud abierta, crítica y
creativa, así como habilidades para la negociación, el manejo de conflictos y
la toma de decisiones.
d)
La autopoiesis
como premisa, síntesis de la auto-organización y vía asertiva para el
verdadero desarrollo creativo y sustentable del objeto y de los
proyectos de investigación
Este
principio de los sistemas complejos se puede fomentar de diversas maneras,
según el contexto y el objetivo del proyecto. Algunas posibles formas son:
1)
Experimentar con diferentes
fuentes de información, métodos y técnicas, buscando ampliar los horizontes y
generar nuevas posibilidades¹.
2)
Llevar siempre un
lápiz o un dispositivo para anotar o dibujar cualquier idea creativa que surja,
por fugaz o extraña que sea¹.
3)
No conformarse con
la primera idea o solución que se presente, sino explorar otras alternativas
más originales y efectivas¹.
4)
Mantenerse alerta
y atento a todo lo que sucede alrededor, captando los estímulos y las
oportunidades que puedan inspirar o enriquecer el proyecto¹.
5)
Ordenar el espacio
de trabajo y las ideas, facilitando la claridad y la concentración¹.
6)
Divertirse y
compartir ideas con otros participantes o colaboradores, fomentando el diálogo,
el intercambio y el aprendizaje mutuo¹².
7)
Compartir los logros
y las dificultades con otras personas, buscando feedback, apoyo y motivación¹.
8)
Evitar las
comparaciones con otros proyectos o personas, y centrarse en las propias metas,
normas y criterios¹.
9)
Dar libertad y
confianza a los participantes para que decidan cómo realizar sus tareas,
respetando su autonomía y su estilo².
10) Aplicar estrategias mentales para estimular la
imaginación, como la asociación libre, la visualización, la analogía, el
pensamiento lateral o el brainstorming³.
Ejemplos de
autoorganización creativa en el trabajo transdisciplinario son:
·
El modelo de
cambio organizacional basado en la autoorganización disipativa de Jantsch, que
se aplicó en el Centro de Ingeniería Ambiental de Camagüey para fomentar una
nueva cultura científico-tecnológica desarrolladora¹.
·
El arte
generativo, que utiliza sistemas informáticos autoorganizados para crear obras
artísticas que expresan la complejidad y la emergencia de la realidad².
·
Las redes
informales de autoayuda y cuidados mutuos entre las trabajadoras del hogar en
el Líbano, que dieron lugar a una alianza liderada por trabajadoras para luchar
por sus derechos³.
El trabajo
transdisciplinario se aplica en la práctica cuando se abordan problemas o
proyectos que requieren de la integración de diferentes disciplinas y saberes,
tanto científicos como sociales, para lograr una comprensión y una solución más
completa y holística. Algunos ejemplos de trabajo transdisciplinario son:
- El
estudio de la ecología, que combina los conocimientos de la biología, la
química, la física, la geografía, la economía y la sociología para analizar las
interacciones entre los seres vivos y el medio ambiente¹.
·
El desarrollo del
arte digital, que utiliza los conceptos y las técnicas de las artes visuales,
la informática, la comunicación y la ingeniería para crear obras artísticas que
se expresan a través de medios digitales¹.
·
La investigación
sobre el cambio climático, que involucra a expertos de diversas disciplinas
como la meteorología, la oceanografía, la geología, la agronomía, la salud
pública y la política para evaluar los efectos y las posibles soluciones del
calentamiento global².
·
La elaboración de
políticas públicas, que requiere de la participación de actores de diferentes
sectores como el gobierno, la academia, la sociedad civil y el sector privado
para definir y ejecutar acciones que respondan a las necesidades y demandas de
la población³.
La
educación en salud es un tema muy importante y actual, especialmente en el
contexto de la pandemia de Covid-19. Según algunos artículos que encontré
en la web, la educación en salud se define como un conjunto de experiencias de
aprendizaje que ayudan a las personas y las comunidades a mejorar su salud,
proporcionándoles conocimientos e influyendo en sus competencias y actitudes1.
La
educación en salud también busca dar autonomía y estimular el autocuidado
mediante la búsqueda de la calidad de vida, basándose en la construcción de
conocimientos individuales y colectivos, en el proceso de trabajo y en la
situación de salud de los sujetos2.
La
educación en salud está presente diariamente en las relaciones
interprofesionales, pues se basa en una práctica en que el saber técnico debe
servir para dar oportunidad al empoderamiento de los profesionales de salud en
este intercambio de experiencias.
- Un artículo donde se describen las
potencialidades y desafíos de la educación para la salud en la pandemia
Covid-19. Es un trabajo de los profesores del programa de residencia de la
Universidad Estatal de Piauí, que ofrecieron capacitaciones sobre el uso
de equipos de protección personal a los profesionales de la salud que
trabajan en hospitales y unidades básicas de salud.
- Una guía de UNICEF, titulada:
Educación en salud: cuaderno de actividades y recursos2: en la cual se presentan algunas propuestas para
promover hábitos saludables desde la escuela y garantizar el derecho a la
salud de toda la comunidad educativa, especialmente en el contexto de la
COVID-19.
- "La educación en tiempos de
la pandemia de COVID-19", documento publicado por la CEPAL y la
UNESCO, que analiza las consecuencias de la crisis sanitaria en los
sistemas educativos de América Latina y el Caribe, y plantea
recomendaciones para garantizar la continuidad de los aprendizajes, la
equidad y la calidad¹³.
- "Educación en un mundo
post-COVID: consideraciones adicionales", documento elaborado por el
Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la
UNESCO, que profundiza en algunas implicaciones de las nueve ideas
propuestas por la Comisión Internacional sobre el Futuro de la Educación
para transformar la educación y los sistemas educativos².
- Página web "Educación: del
cierre de la escuela a la recuperación" de la UNESCO, que ofrece
información actualizada sobre el estado de las escuelas en el mundo, las
respuestas educativas a la pandemia y las iniciativas para apoyar a los
docentes, los estudiantes y las familias⁴.
Los
beneficios de la educación en salud son múltiples y variados. Algunos de ellos
son:
·
Ayuda a prevenir
problemas de salud y a desarrollar actitudes responsables que contribuyan a
garantizar el derecho a la salud para toda la infancia³.
·
Facilita el
conocimiento y el análisis de las causas sociales, económicas y ambientales que
influyen en la salud de la comunidad¹.
·
Promueve el
desarrollo de competencias, valores y actitudes para llevar una vida saludable,
tomar decisiones bien fundamentadas y afrontar los problemas a escala local y
mundial².
·
Fomenta la
adquisición de hábitos saludables relacionados con la alimentación, el
ejercicio físico, la higiene, la prevención, el equilibrio emocional y las
relaciones sociales³.
La relación
entre la transdisciplinariedad y la educación en salud es un tema complejo y
relevante para las ciencias de la salud. Según algunos autores, la educación en
salud es una estrategia para promover el bienestar y la prevención de
enfermedades, que implica el desarrollo de competencias, valores y actitudes
para que los ciudadanos gocen de una vida saludable, tomen decisiones bien
fundamentadas y afronten los problemas a escala local y global.
La
transdisciplinariedad en salud es una perspectiva que busca integrar los
conocimientos y las prácticas de diferentes disciplinas científicas y sociales,
así como de los actores involucrados en el proceso de salud-enfermedad, para
generar soluciones más efectivas a los problemas complejos de la salud humana.
Se puede
decir que la educación en salud y la transdisciplinariedad en salud están
relacionadas porque ambas buscan mejorar la calidad de vida de las personas y
las comunidades, mediante el uso de conocimientos científicos y el fomento de
la participación activa y responsable de los individuos y los grupos sociales.
Además, ambas reconocen la importancia de los factores psicosociales,
culturales y ambientales que influyen en la salud y la enfermedad, así como la
necesidad de una colaboración intersectorial e interdisciplinaria para abordar
los desafíos actuales y futuros de la salud pública.
La
transdisciplinariedad en la educación en salud se puede aplicar de diferentes
formas, según el contexto y el objetivo que se persiga. Algunas posibles
aplicaciones son:
·
Diseñar programas
de educación en salud que integren los conocimientos y las experiencias de
diferentes disciplinas científicas y sociales, como la psicología, la
sociología, la antropología, la biología, la medicina, la enfermería, la
nutrición, etc., así como de los propios destinatarios de la educación en
salud².
·
Fomentar el
diálogo y la colaboración entre los profesionales de la salud y los educadores,
así como con otros actores sociales, como las familias, las escuelas, las comunidades,
las organizaciones no gubernamentales, etc., para crear redes de apoyo y acción
conjunta en favor de la salud.
·
Promover el
desarrollo de competencias transversales en los estudiantes de ciencias de la
salud, como el pensamiento crítico, la comunicación efectiva, el trabajo en
equipo, la creatividad, la ética, etc., que les permitan abordar los problemas
de salud desde una perspectiva integral y holística.
·
Incorporar en la
formación de los profesionales de la salud y los educadores una visión
epigenética de la salud y la enfermedad, que reconozca la importancia de los
factores psicosociales y ambientales que modulan los sistemas biológicos y
conductuales, así como las posibles vías de intervención para mejorar la salud
a través de la modificación de dichos factores.
Para el
desarrollo de una consecuente educación en salud se deben aprovechar las
potencialidades de las nuevas tecnologías, tales como Internet, los softwares
educativos interactivos y los simuladores³⁴. Todas estas tecnologías pueden
facilitar la enseñanza integradora, el trabajo colaborativo y la participación
activa de los usuarios²⁴.
La
evaluación transdisciplinaria.
La
evaluación de la transdisciplinariedad en la educación en salud es un proceso
complejo y desafiante, que requiere de criterios e indicadores adecuados para
medir los resultados y los impactos de las intervenciones educativas. Algunas
posibles formas de evaluar la transdisciplinariedad en la educación en salud
son:
·
Utilizar métodos
cualitativos y cuantitativos que permitan recoger información sobre los
procesos y los productos de la educación en salud, desde diferentes
perspectivas y niveles de análisis (individual, grupal, comunitario,
institucional, etc.)
·
Valorar el grado
de integración y colaboración entre las diferentes disciplinas y actores
involucrados en la educación en salud, así como el nivel de participación y
empoderamiento de los destinatarios de la educación en salud.
·
Medir los cambios
en los conocimientos, las actitudes, las habilidades, los valores y los
comportamientos relacionados con la salud de las personas y las comunidades que
participan en la educación en salud.
·
Evaluar los
efectos de la educación en salud sobre los indicadores de salud biológicos,
psicológicos y sociales, así como sobre los determinantes de la salud
(ambientales, culturales, económicos, políticos, etc.)
Los cambios
en los conocimientos y las actitudes de los estudiantes de ciencias de la salud
se pueden medir mediante diferentes instrumentos y técnicas, según el tipo y el
nivel de cambio que se quiera evaluar. Algunas posibles formas de medir los
cambios en los conocimientos y las actitudes son:
·
Utilizar
cuestionarios o escalas estandarizadas que evalúen los conocimientos y las
actitudes hacia la estadística, la investigación, la evidencia científica, la
salud pública, la bioética, etc., aplicándolos al inicio y al final del curso o
de la intervención educativa.
·
Realizar pruebas
objetivas o exámenes que midan los conocimientos adquiridos sobre los
contenidos teóricos y prácticos de las asignaturas o módulos relacionados con
la estadística, la investigación, la evidencia científica, la salud pública, la
bioética, etc., comparando los resultados con los obtenidos en cursos
anteriores o con grupos control.
·
Observar y
registrar las conductas y las expresiones verbales de los estudiantes durante
las actividades prácticas o los trabajos en grupo que impliquen el uso de la
estadística, la investigación, la evidencia científica, la salud pública, la
bioética, etc., analizando el grado de participación, interés, motivación,
comprensión, aplicación y reflexión que muestran.
·
Realizar
entrevistas o grupos focales con los estudiantes para explorar sus opiniones,
percepciones, sentimientos y experiencias sobre el aprendizaje de la
estadística, la investigación, la evidencia científica, la salud pública, la
bioética, etc., identificando los aspectos positivos y negativos, las
dificultades y las sugerencias de mejora.
CONCLUSIONES.
En el
trabajo se define y caracteriza la Perspectiva transdisciplinaria como
estrategia de organización del trabajo de investigación, docencia y extensión
académica en las comunidades, en función de la articulación de todas las
disciplinas, asignaturas, áreas de conocimientos y saberes, vinculados a un
problema complejo en el ámbito de la salud.
En resumen,
los autores han sistematizado varias ideas, principios y nociones esenciales de
la Transdisciplinariedad y del pensamiento complejo, premisas indispensables
para poder lograr una comprensión más plena de las complejidades inherentes,
tanto al tema de la educación en salud, como a los problemas actuales de la
biomedicina, y, a partir, de la articulaciones de los saberes y actores
sociales involucrados en la dinámica y contexto de una enfermedad en concreto,
buscar las soluciones más asertivas y sustentables, que permitan elevar la
calidad de vida de la población en una comunidad o territorio.
Como
colofón, en el trabajo se describen algunas propuestas didácticas y
experiencias concretas, en las cuales se aplicaron algunos elementos de la
perspectiva transdisciplinaria y el estudio y búsqueda de soluciones a
problemas específicos de la salud en determinados países de la región.
Bibliografía.
Andrade, R.; Cadenas, E.;
Pachano, E. & et. al. (2002). El paradigma complejo: un cadáver exquisito. Cinta
de Moebio. Revista Electrónica de Epistemología de Ciencias Sociales.
Disponible en: http://www.revistas.uchile.cl/index.php/ CDM/article/viewFile/26232/27524(14).
Cabrera-Carrazana, Y.;
Martínez-Álvarez, F.F. & Cuenca-Díaz, M.M. (2016a). La inteligencia humana
desde la perspectiva transdisciplinaria. Primera Parte. Mikarimin. Revista
Científica Multidisciplinaria de la Universidad Regional Autónoma de los Andes.
Disponible en: http://186.46.158.26/ojs/index.php/mikarimin/issue//view/11, 2(2).
Cabrera-Carrazana, Y.;
Martínez-Álvarez, F.F. & Cuenca-Díaz, M.M. (2016b). La inteligencia humana
desde la perspectiva transdisciplinaria. Segunda Parte. Revista Cognosis de
la Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, 1(3), 29-56.
Carrizo, L. (2003). Con
Edgar Morin. Diálogos sobre Ética y Desarrollo. Biblioteca digital de la
Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo del Banco
Interamericano de Desarrollo. En: http://www.iadb.org.
Castro-Gómez, S.
(2011). Descolonizar la universidad. La hybris del punto cero y el diálogo
de saberes. En:
http://www.ram-wan.net/restrepo/decolonial/14-castro-descolonizar
%20la%20universidad.pdf.
Deleuze, G. & Guattari,
F. (1976). Rizoma. Valencia: Pre-textos.
Delgado-Díaz, C.
(2010). Diálogo de saberes para una reforma del pensamiento y la enseñanza en
América Latina: Morin, Potter, Freire. Estudios, VIII(93), 23-44.
Diegoli, S. (2003). El
comportamiento de los grupos pequeños de trabajo bajo perspectiva de la
complejidad: Modelos descriptivos y estudio de casos. Tesis de doctorado.
Barcelona: Universidad de Barcelona.
Filgueiras, M. (2010).
Modelos de dinámicas no lineales para la dirección organizacional en las empresas
cubanas. Habana: Memorias CD, Congreso Complejidad´2010, Palacio de las
Convenciones.
Franco, R. &
Dieterich, H. (1998). Aportes de las ciencias naturales a la posibilidad de la
democracia. En H. Dieterich, Fin del Capitalismo Global. El nuevo Proyecto
histórico (págs. 81-104). México: Nuestro Tiempo.
García-Rodríguez,
J.F.; Betancourt, J.; Martínez-Álvarez, F. (2011). Transdisciplina y
desarrollo humano. Tabasco: Editorial Dirección de Calidad y Enseñanza en
Salud de la Secretaría de Salud del Estado.
Gleick, J. (1988). Caos,
la creación de una ciencia. (Segunda ed.). Barcelona, España: Seix Barral.
Luengo, N.A.;
Martínez-Álvarez, F.F. (2018). La Educación transdisciplinaria. Buenos
Aires: Comunidad Editora Latinoamericana.
Martínez-Álvarez, F.
(2011b). La Educación desde la perspectiva transdisciplinaria de la
complejidad. En J. García, & J. &.-Á. Betancourt, Transdisciplina y
desarrollo humano. (págs. 152-175). Tabasco: Editorial Dirección de Calidad
y Enseñanza en Salud de la Secretaría de Salud del Estado de Tabasco, México.
ISBN: 968-5518-32-7.
Martínez-Álvarez, F.;
Ortiz-Hernández, E. & González-Mora, A. (2010b). Multi, inter y
transdisciplinariedad en la historia del conocimiento. En M. Lustosa, & P.
Yone, Veredas Interdisciplinares (págs. 13-34). Maceió: Universidade
Federal de Alagoas, EDUFAL.
Martínez-Álvarez, F.F.
& Cuenca-Díaz, M.M. (2017). La perspectiva transdisciplinaria y la
metodología de la investigación social. En N. Quevedo, La lógica del proceso
de investigación (págs. 37-51). Quito: Editorial Jurídica del Ecuador.
Universidad Regional Autónoma de los Andes.
Martínez-Álvarez, F.F.
(2010d). Algunos antecedentes teóricos de la auto-organización. Revista
Perfiles de Ingeniería de la Universidad Ricardo Palma de Lima., 10(10),
EI26-EI36.
Martínez-Álvarez, F.F.
(2011). Fundamentos epistemológicos para la construcción de una Educación
transdisciplinaria en Cuba. Tesis de Doctorado. La Habana: Centro de
Perfeccionamiento de la Educación Superior de la Universidad de La Habana. En:
http://revistas.mes.edu.cu/greenstone/collect/repo/index/assoc/
D9789591/618771.dir/9789591618771.pdf.
Martínez-Álvarez, F.F.
(2018). Los estudios de la complejidad en la nueva revolución del saber. En L.
Rodríguez-Zoya, La emergencia de los enfoques de la complejidad en América
Latina. Tomo II. Cap. V (págs. págs. 82-101). Buenos Aires: Comunidad
Editora Latinoamericana.
Martínez-Álvarez, F.F.
(2022). Perspectiva transdisciplinaria en la metodología de la investigación
social. Revista Cubana de Educación Superior. Centro de Perfeccionamiento de
la Educación Superior de la Universidad de La Habana, 41(2), 59-70.
Martínez-Álvarez, F.F.
(2022b). La Perspectiva transdisciplinaria. Editorial Rakuten Kobo Inc.
ISBN: 1230006064310. Disponible en:
https://www.kobo.com/ww/es/ebook/la-perspectiva-transdisciplinaria.
Morin, E. (1994a).
Epistemología de la complejidad. En D. Fried, Nuevos Paradigmas, Cultura y
Subjetividad. (págs. 421-442). Barcelona: Editorial Paidós.
Navarro-Cid, J.
(2001). Las organizaciones como sistemas abiertos alejados del equilibrio.
Tesis de Doctorado. Barcelona: Facultad de Psicología de la Universidad de
Barcelona, http://www.tdcat.cesca.es.
Sotolongo, P.L. (2004).
Capítulo IV. La complejidad y el diálogo transdisciplinario de saberes. En C.
Delgado-Díaz, La revolución contemporánea del saber y la complejidad social.
Hacia unas ciencias sociales de nuevo tipo. Buenos Aires: CLACSO. En:
http://bibliotecavirtual.clacso.orgg.ar/ar/libros/campus/soto/
Capitulo%20IV.pdf.